En el extremo más situado al suroeste dela Sierra del Dobra, haciendo de balcón hacia el Valle de Buelna, se encuentra el castro mejor conservado de los 3 que han sido declarados como Bienes de Interés Cultural. Hablamos del Castro de Pico L'Oro. Pero antes convendría detallar qué es un castro.
Un castro es un asentamiento colectivo, por lo general pre-romano, construido casi siempre en un alto. Su funciones podían ser estratégicas, defensivas y/o de control del territorio.
Lo castros estaban protegidos por fosos, parapetos o murallas que bordeaban el recinto habitado,
pudiendo tener en sus accesos un torreón que controlaba las vías de entrada al
mismo.
Si accedemos desde el sur por los senderos ganaderos le tendremos situado a la izquierda de la zona descendente. A medida que vayamos recorriendo la ladera interior iremos distinguiendo más fácilmente un semicírculo de piedras apiladas.
Nos daremos cuenta cuando lleguemos que las piedras apiladas corresponden a una estructura. Se trata de una de muralla de mampostería caliza, parcialmente derrumbada. La estructura amurallada del castro es de forma ovalada y
tiene un perímetro aproximado de unos 115 m. Está construida con la técnica de
soga y tizón y colocada a hueso (sin mortero o argamasa).
Se trata de un castro de pequeño tamaño y de estructura
simple, en el que se solapan varias fases constructivas. La fase romana se
superpondría al recinto indígena que pudo ser un hábitat defensivo de la Edad
del Hierro. Se ha citado la existencia de tégulas, ímbrices, algunos fragmentos
de cerámica común romana y objetos metálicos. Estos materiales son los que han
servido para proponer esta superposición de épocas.
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